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Cada día como hijos y siervos de Dios anhelamos que su presencia se haga manifiesta en nuestros cultos y reuniones en la iglesia local. A través de Lucas 19, la famosa historia de Zaqueo, hemos sido desafiados por el Espíritu del Señor ha llevar su presencia también a nuestra casa, lugar donde Jesús desea estar, trayendo consigo salvación, sanidad, liberación, avivamiento! Espero que esta predica sea de bendición. 

Como un padre y madre tienen un tiempo de cuidado previo y posterior a la llegada de su hijo, de igual manera como hijos de Dios debemos cuidar y mantener encendido el fuego que el nos da a través de su Espíritu Santo luego de recibirlo. No solo basta con recibir algo de Dios, se trata de hacer que este permanezca con el debido cuidado. Bendiciones.

Vivimos en constante ataque del enemigo, quien solo desea robarnos, matarnos y destruirnos. Nuestro Padre no nos ha dado espíritu de cobardía, por lo tanto debemos pelear y hacerle frente al enemigo, para defender y conquistar lo que tanto amamos, entendiendo que la victoria la tenemos en Cristo Jesús.

Moisés le pide a su pueblo que no se preocupen de la situación complicada que están próximos a vivir, y que visualicen en fe la victoria que Jehová les dará. Éxodo 14:13-14. La visión que tengamos de cada área que estemos llevando en nuestras vidas, determinará si saldremos en victoria o derrotados. Espero poder bendecir tu vida a través de esta palabra.

El mundo busca la felicidad, pero lamentablemente esta es limitada, se reduce a solo los momentos de tranquilidad y todo en orden. El hijo de Dios tiene el gozo, que proviene del Espíritu Santo, y te levanta y da vida aun cuando las cosas están pasando por un mal momento.

Lo mas importante para un hijo de Dios es su presencia, y esta debe ser valorada de tal manera. El descuidarla puede llevarnos a perderla y ni darnos cuenta como Sansón, o estar en medio de ella y no saberlo como Jacob.